La estancia de la Luna en el signo de Géminis es la más inquieta y suspicaz de todas. Los nacidos con esta Luna son verborragicos y encantadores, aunque puedan volverse irritables en su hogar ya que se aburren con facilidad y desean hacer mil cosas a la vez; la rutina y la constancia no son cualidades que se adecuen a ellos. Su curiosidad y nervios son notables.
Usualmente hablan mucho, leen mucho y necesitan estimulación constante, tienen siempre la última novedad y esta será su gancho para la conversación.
Esta posición lunar trabaja de la mano de Mercurio, junto al elemento aire y la cualidad mutable lo que los hace grandes comunicadores, volubles y deseosos de constante cambio y evolución.
A los nacidos con Luna en Géminis les cuesta trabajo lidiar con emociones ajenas por lo que se alejaran de las dificultades sin decir más.
Sociables y amistosos se sienten a gusto en multitudes, a menudo se pierden prestando atención a lo que hacen los demás en lugar de estar atentos a lo que ellos realmente quieren hacer.
Su imaginación es infinita y su capacidad para crear nuevas ideas, admirable. Sin embargo a la hora de decidir o de ser persistentes en cuando flaquean.
Versatilidad y adaptabilidad los distingue, cuando surgen problemas el primer instinto de estos nativos es el de hablar sobre ello. Su tendencia a analizarlo todo puede hacerlos parecer insensibles y distantes.
Es normal verlos en un estado en el que sienten que nadie los comprende, lo cierto es que aun para ellos se hace difícil entender los sentimientos propios.
Su sentido de la independencia es muy fuerte y vivirán la vida en la forma que lo deseen.
